Pili Calle Humanes (Badajoz, 1963) es coautora del libro “Revuelta de las mujeres en la Iglesia-Alcemos la voz”, vecina de La Pau y maestra en una escuela pública.

Las nuevas dinámicas del movimiento feminista (#MeToo, No es No, Ocho de Marzo) han hallado eco en la Iglesia católica. El libro, escrito por siete mujeres que participan activamente en la vida eclesial, es el reflejo de la teología feminista y de las experiencias vividas en los últimos dos años, cuando las reivindicaciones en favor de un papel diferente de las mujeres en la Iglesia han crecido exponencialmente.
Cuándo llega al barrio de La Pau?
En 1969. Entré a la parroquia de La Pau con catorce años y me apunté a la HOAC. ¿Qué hacía con 16 años en la parroquia? Leer la segunda lectura, alguna cartulina… Si voy ahora, con 59 años, después de haber criado tres hijos, de haber llevado una casa… seguiría haciendo lo mismo. ¿Cómo es posible esta perpetua minoría de edad de las mujeres en la Iglesia?
¿Cuál es actualmente el papel de las mujeres en la Iglesia?
Un ochenta por ciento de las parroquias están sostenidas por mujeres: catequesis, Càritas, ayuda a los ancianos, poner las velas, poner las flores, lavar el mantel del altar, barrer la iglesia… Todo eso lo hacen mujeres.
¿Cómo se organizan ante esta situación?
En marzo de 2020 surge una coordinadora de mujeres cristianas católicas que quieren realizar un gesto alrededor del Ocho de Marzo. De diferentes espacios eclesiales: movimientos de adultos, parroquias, mujeres religiosas, comunidades de base… Y organizamos la coordinadora Alcem la Veu.
Montamos un gesto delante de la catedral. Queríamos visibilizar el anacronismo y el hartazgo que tenemos las mujeres en la Iglesia.
También se hizo delante de la Almudena, en Madrid, en Valencia, en Zaragoza y en Sevilla. Se quedaron a las puertas otras ciudades porque una semana después estalló la pandemia.
Y el gesto se expandió…
Muchas de nosotras conocíamos otros espacios de mujeres de otros sitios de España: Exeria en Galicia, Red Miriam, Mujeres y Teología, la Asociación de Teólogas españolas,… Les dijimos: “¿qué os parece,… compartimos?”.
Ese gesto de Barcelona se dio también en Australia, en Inglaterra, se dio en un montón de países del mundo. No fuimos nosotras nada más. Solo que aquí estalló muy fuerte.
¿Les afectó el confinamiento?
Ocurrió todo lo contrario de lo que la gente se pensaba. Las redes sociales nos dan una oportunidad enorme de creatividad: hacemos celebraciones online, nos pasamos materiales y creamos una red. Las mujeres del resto del Estado español se llamaron “Revuelta de mujeres en la Iglesia, hasta que la igualdad se haga costumbre”.
¿Y de aquí nació el libro “Revuelta de las mujeres en la Iglesia-Alcemos la Voz”?
El año pasado, las mujeres de México, que son poderosísimas, nos propuso un webinar, un seminario online. El objetivo era explicarles lo que estaba pasando. Eso fue en noviembre de 2021 y en enero de 2022 una editorial muy joven de Madrid, La Imprenta, nos dice: “yo fui a la catedral de la Almudena el Ocho de Marzo de aquel año, yo soy cristiano y no puedo dejar pasar esto. Esto tenéis que registrarlo”. Y las siete mujeres que habíamos hecho el webinar hicimos el libro.
¿Cuál es el contenido del libro?
Tiene cuatro partes. El prólogo lo ha escrito Lucetta Scaraffia. Era la directora de la separata de L’Osservatore Romano “Donne Chiesa Mondo”. Denunció los abusos a las mujeres en la Iglesia y se lo cerraron.
La primera parte es “Genealogías de la Revuelta”. Ofrece la información de todo lo que ha sido el proceso de estos dos años. Esto viene de la lucha de las mujeres desde el concilio Vaticano II. El manifiesto fundacional está basado en tres palabras: somos muchas, venimos de lejos y decimos basta.
La segunda es “Geografías de la Revuelta”. Este es un movimiento internacional, en diálogo con el feminismo y otros movimientos sociales. Hay aportaciones de teólogas de todo el mundo.
La tercera se llama “Políticas y vivencias” y tiene propuestas concretas desde la teología feminista. Una gran teóloga gallega, Carmen Soto Varela, dice que “nosotras no queremos más trozo del pastel, nosotras queremos hacer un pastel diferente”.
La última parte es “La Iglesia que soñamos”. Mientras esto se estaba gestando, en paralelo hemos celebrado todas el Sínodo de las Mujeres. Las conclusiones las tienen todos los obispos y el papa Francisco. Nos hemos preocupado de ir a nuestro obispado y entregarlo.
¿Cuál ha sido la reacción de la Iglesia oficial?
Ninguneo.
Les acusan de querer ser obispos y curas…
No queremos que haya mujeres obispos, queremos que la Iglesia sea más circular, más democrática. La religión no te puede esclavizar. Es un medio para que tú seas feliz aquí y ahora. Y si eso no se logra, algo está fallando. Esta situación de las mujeres en la Iglesia es anacrónica. No se sostiene.
La teóloga Maria Pau Trayner nos decía un día: “Ai nenes, quants sagraments hi ha? Hem de dir sis. Perquè hi ha un que no és nostre.”
Una discriminación que viene de lejos…
En cierta ocasión un sacerdote joven me dijo: “Si habéis esperado tantos siglos, ¿por qué no esperáis un poco más?…
¿Quién compra un libro como este?
Ya vamos por la segunda edición. La editorial nos dice que el perfil del comprador es: mujer, joven y alejada de la Iglesia.